Frente al cambio al cambio climático, empresas locales ligadas a la minería han ido integrando energías limpias en sus operaciones e incluso renegociando sus contratos eléctrico para utilizar este tipo de suministro a precios más convenientes, sobre todo con las alzas en el petróleo y otros sustitutos esenciales. De hecho, según autoridades de Gobierno, para 2023 se espera que el 63% de las necesidades de energía eléctrica de la minería del cobre provenga de fuentes limpiar. En ese contexto, la compañía chilena Be-Energy, especialista en ofrecer soluciones sustentables para mejorar la eficiencia en industrias de alta complejidad, decidió innovar mediante el desarrollo de torres móviles en base a energía solar fotovoltaica, capaces de satisfacer la demanda energética de faenas mineras, con ahorros de hasta 7,5 millones de pesos, sólo en diésel del año.
«Todos los sistemas que diseñamos pueden ser instalados, desmontados y luego transportados a otras faenas de construcción o agricultura, por ejemplo» Explica Gonzalo Vidiella, socio fundador de Be-Energy